Si cumplí 16, pero obvio que no de edad, ni que fuera Benjamín Button, (brincos diera), sino de CA SA DA, así como leen en mayúscula cerrada y en sí-la-bas…porque se dice rápido pero otra cosa, otra cosa, es vivirlo…y es que el matrimonio no es una empresa fácil, quien diga lo contrario, debe embotellar la receta y venderla. Algo así como “Vendo receta fácil para convivencia marital, formula única y secreta” y les aseguro que se hacen millonarios.
Y es que cuando estas casada aprendes un fino arte, que yo particularmente desconocía, el arte de COMPARTIR, empecemos porque soy hija única, así lo considero yo porque tengo un medio hermano pero me lleva más de 20 años y no se crió conmigo así que eso no cuenta; entonces eso de repartir, dividir bienes y cosas no estaba implantado en mi ADN y además, en los votos matrimoniales nunca escuche al padre decir “Marta Caballero te comprometes a compartir hasta que la muerte los separe?” A mí el cura no me dijo eso, si mal no recuerdo hablo de fidelidad, respeto, amor, pero no de compartir.
Y lo primero que compartes es el baño, ese ya no es lugar sagrado donde haces tus necesidades fisiológicas, no que va, resulta que se convierte en el lugar para responder dudas, ubicar objetos perdidos y tomar decisiones de importancia o así lo entiende tu esposo, no sé ustedes pero a mí se me han asomado por la puerta del baño para preguntarme cosas como “ mami, ¿ sabes dónde están las llaves?, ¿has visto mi gorra? también he contestado cosas como “bebe, ¿dónde quieres ir a comer?, tu que dices, ¿invertimos en eso, te parece que eso va a funcionar? ¿el dinero de la muchacha dónde está?, eso por poner algunos ejemplos. O sea, una esta concentrada en otras cosas y la interrumpen varias veces, como si fuera algo de vida o muerte. Pregunta ¿no pueden esperar hasta que salgamos del baño? ¿Se acaba el mundo si no ubican la gorra o las llaves? Y lo peor es que la cosa empeora cuando llegan los hijos….pero como dicen por ahí, cuando no puedes con el enemigo únetele así que terminas haciendo lo mismo y hasta perfeccionadolo porque las mujeres en todo nos superamos.
Otra cosa que compartimos, es la cama, de dormir a pierna suelta a tus anchas, ahora debes ubicarte en tu lado. Aunque, si hablamos de confesiones, ya dormida puedes hacerte la loca y como quien no sabe lo que está haciendo obtener más espacio del correspondiente, es decir en cristiano y para que se entienda, dormir como cuando la cama era sola nuestra.
Y si compartir, no es fácil, agréguele a eso que algunos especímenes conocidos como hombres y en este caso esposos, desconocen objetos domésticos de uso cotidiano, tales como el cesto la basura ,allí se depositan todooosss los papeles que ya no queremos, no se guardan para el futuro porque no sirven para nada más que para que tu esposa quiera matarte cuando los ve acumulados en algún lugar del cuarto. Tampoco conocen, el cesto de la ropa sucia, es como si una fuerza sobrenatural impidiera que esa ropa, en especial las medias usadas, encuentren su destino.
Ven que no es una empresa fácil, requiere respeto, tolerancia, y grandes dosis de paciencia, y esa virtud yo particularmente no la tengo pero mi esposo gracias a Dios sí, por eso cuando pierdo la paciencia hasta conmigo misma el sale al rescate.
Nosotros cumplimos en el mes de junio nuestras bodas de hiedra, eso dicen los expertos en este tema, no sé exactamente qué significa y no quiero averiguarlo; lo que sí sé es que tengo amigas contemporáneas del cuarto piso que tienen muchos más años que yo de casada, otras que nunca se han casado, algunas que se casaron a los 40 (así como Sofía Vergara) y otras más, que ya se divorciaron….ombe JLo lleva 3 divorcios y anda pidiendo anillo nuevamente…y saben qué, no pasa nada...
Creo firmemente, que cada quien debe hacer aquello que lo hace feliz. Yo me quería casar y me case, de lo único que me arrepiento es del dinero que gastamos en el bodorrio, mirando hacia atrás yo viviría en concubinato escandaloso y me hubiese ahorrado esa plata ( para que sepan según estadísticas mundiales actualmente una boda sencillita, basiquita pues, cuesta 15 mil dólares y en el vestido de novia se va bastante de esa platita) por esa razón, confieso que saque el mío, le quite el polvo, me lo medí y como me quedo, decidí ponérmelo y tomarme las fotos de la cuarentonovia …. y aquí entre nos, les hago otra confesión que me divertí más haciéndolo en los 40 que en los veinte (quizás porque no había invitados, ni fiesta ah! y no llevaba tacones sino unas convers) y aquí estoy 16 años después...
Por el momento apago y nos vemos en la próxima..
Fotos by Rosy Meléndez, (hay que tener amigas con el mismo desorden mental que uno)
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