Suena a trabalenguas o fórmula matemática pero no lo es, soy una X o por lo menos así nos clasificaron los antropólogos y sociólogos a los que nacimos entre 1969 y 1981, como la Generación X y estoy preocupada por la Generación Z, esa que nació entre 1994 y 2010, esa que nació con la tecnología pegada a la mano, esa que no llega ni a los 25 años pero que quiere vivir demasiado rápido y sin reglas, esa que quiere saltarse etapas porque le parece parte del proceso evolutivo del hombre. Esa generación me preocupa y me asusta un poco.
Y quizás, si estás en esa generación y me lees, dirás ya viene esta vieja a hablarnos de que todo en su tiempo fue mejor. Y sí, reconozco yo soy una vieja para esa generación (tengo dos hijos Z) pero no creo que todo lo que se hizo en mi generación fue mejor, para nada nos equivocamos y mucho; y muchas de las cosas que hoy hacen los Z son responsabilidad directa de los X, lo acepto pero eso no quiere decir que no me preocupe o me asuste.
Me asusta que a mi celular recientemente me llegue un video de un niño de 12 años que en pleno puente vehicular en Shangai, China, al discutir con su madre porque le quitó el celular, se baje del auto arrebatado y decida lanzarse al vacío, ante la impotencia de una madre que no alcanzaba a entender lo que su hijo había hecho. Mi corazón se puso chiquito y confieso que lloré.
Desconozco que pasó aquí, si fue más que un berrinche, si este niño alcanzo a entender que se iba a morir que no era un juego y todo por un teléfono celular. Las comparaciones son odiosas pero inmediatamente cuando veo esto pienso en mis hijos, cuando al más pequeño se le castiga y se le quita el celular, él cuenta los días para que se acabe el castigo y se le devuelva el preciado aparato. Tiene 8 años y hace como año y medio le dimos acceso al celular y solo se lo dejamos por 2 horas diarias. En el caso de mi hija mayor, ella no lleva celular a la escuela, no tiene redes sociales, pero le encanta consumir youtube, se conoce a todos los youtubers y debo confesar que pasa más de 2 horas al día con el bendito aparato. Si se cae el WiFi la pasan mal. Viendo este video confieso que me asusta la importancia que le dan a estos aparatos.
Creo en la tecnología, estoy de acuerdo con los avances, pero si, nuevamente, me preocupa los alcances que está teniendo en la generación Z, y aquí mi generación, los X hemos sido responsables en parte al no poner límites porque a muchos no sabemos cómo ponerlos, hasta cuando es bueno o cuando no lo es y a otros les resulto cómodo porque mejor que se entretengan y así no joden.
Sí la tecnología con la generación Z me preocupa también me asusta el que quieran vivir demasiado rápido saltándose etapas. No es casualidad que según el Ministerio de Salud más de 58 mil niñas y jóvenes entre 10 y 19 años hayan quedado embarazadas en los últimos cinco años. Pero esas son solo cifras y a veces aunque nos asombran no nos permiten ver la complejidad del problema. Pero a mí me quedo muy claro hace un tiempo atrás cuando estaba en una farmacia en la fila para pagar y delante de mi había dos jovencitas (cara de niñas realmente) uniformadas, yo estaba apurada por lo que no entendía porque la cajera se demoraba con ellas. En eso escucho que la cajera dice son 6 dólares con 63 centavos y una de las jovencitas uniformada responde que ella solo tenía 6 dólares con 37 centavos, a lo que la cajera le dice pues dile a tu mamá que te dé el resto del dinero. Veo que ambas chicas se ríen a carcajadas, yo estoy a punto de poner los treinta y tantos de centavos que les hacía falta para poder avanzar en la fila; pero es en ese momento que logro ver el producto que las chicas habían dejado de comprar era una prueba de embarazo.
Luego que las chicas se retiran riendo le preguntó la cajera ¿qué edad tienen esas niñas? Y me dice algo que me puso la piel aún más de gallina “no llegan ni a los 15 años”.
Sí, sé que muchos aquí pensaran que eso no es cosa exclusiva de la Generación X y que es más común de lo que yo alcanzo a comprender, pero para mí es aquí donde las cifras alcanzan su verdadera dimensión. Sí han aumentado los casos en los últimos tiempos y pareciera que ni siquiera a las afectadas les preocupa. Porque si no dígame usted cómo es que dos jovencitas descaradamente vestidas de uniforme se atrevan a ir a una farmacia a comprar una prueba de embarazo como si estuvieran comprando un pastilla para el cólico. Yo no vivo en Alicia en el País de las Maravillas, pero aquí hay un tema profundo por explorar y como diría mi abuela “a estas culicagas que no saben ni limpiarse bien el culo les falto una buena rejera y sentarlas en una piedra caliente”
Son solo dos ejemplos de por qué me preocupan los Z, porque además de que tengo dos hijos de esa generación, creo que en algún momento se perdió el norte pero se puede volver a retomar.
Quizás estoy siendo exagerada para algunos pero como madre de familia, comunicadora social y simplemente como ser humano hay que tomar nuevamente las riendas y esas se toman desde lo básico: la casa.
Yo he elaborado algunas formas de convivencia con mis hijos (como digo no soy experta en nada) pero se las dejo por aquí, si alguien tiene sugerencias también son bienvenidas.
-uso de celular o cualquier equipo de ese tipo solo dos horas al día. Esto lo cumple más que todo mi hijo pequeño.
-cada cierto tiempo preguntar y verificar que ven o están jugando.
-no uso de celular cuando estamos sentados en la mesa para comer.
-tratar de predicar con el ejemplo, no estar pegada al celular.
-en el caso de la mayor la he llevado a hacer labor social conmigo a lugares donde hay niñas embarazadas o con niños y explicarle el tema para que este muy clara.
-salidas controladas, puedes hacerlo siempre y cuando sepa donde estas, con quien y estés comunicada todo el tiempo.
-por último pero no menos importante decirles todos los días que los quiero y agradecerles por ser mis hijos.
Con esto no tengo el futuro de mis hijos asegurado, entiendo que podría hacer mucho más, comprendo que al final del día la responsabilidad de la Generación Z es en su gran mayoría de la Generación X. Y quiero aportar mi grano de arena, para no seguir preocupándome por su futuro sino ocupándome en resolverlo.
Ellos son Mis Z
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