Corría del año de 1983, eran los primeros meses de ese año, yo una niña en ese entonces, no entendía mucho de religiones, de fe, y mucho menos del Papa, para mi era un hombre vestido de blanco al que mi madre y padre, católicos creyentes, veían en la televisión y al que escuchaban hablar con atención.
Y en marzo de 1983, con un calor sofocante, en plena temporada seca, mis padres me tomaron de la mano y me llevaron a ver a ese mismo señor al que solo había visto en televisión, estaban emocionados, por lo que sentí era un momento único, especial. Lo vi detrás de un cristal vestido de blanco, saludando y sonriendo; más tarde fui a una misa, había tanta gente y tanto sol que termine con insolación pero estaba feliz porque mi papá y mi mamá lo estaban.
De ese día solo queda un recuerdo físico, ni siquiera tengo fotos creo que mis padres no creían mucho en eso de las fotos, un pañuelo que guarda mi padre en el que dice “Bienvenido Juan Pablo II”, la foto del Papa y debajo “Marzo 5 1983”.
36 años después en un escenario totalmente diferente, consciente de quien es el Papa y siendo yo una adulta, no se puede ser otra cuando se está en la década de los 40, me toca vivir nuevamente esta experiencia, hoy como comunicadora, como periodista.
Recientemente entreviste a dos encargados de la seguridad y movilización del Papa Francisco y los cuestione sobre las dudas de muchos panameños.
Debo rescatar de esta entrevista que ambos me dijeron que Panamá estaba 100 por ciento preparada para la JMJ, que es como se llama ahora a esta visita del Papa (desconozco si en 1983 ese era su nombre).
En el caso de la movilización y seguridad del Papa Francisco me dijeron que en Panamá hay dos Papa Móvil, el que se armó aquí en nuestro suelo y uno que trajeron de Colombia que fue el que se usó durante su visita a este país (algo así como para tener un plan B).
En cuanto al tema de seguridad bueno los encargados de la seguridad de panameña trabajaron de la mano con la seguridad de El Vaticano; y cuando los cuestione sobre la informalidad que caracteriza al Papa Francisco de cómo puede romper protocolo y normas de seguridad, me dijeron que esperaba que no lo hiciera, aunque están preparados para eso.
Confieso que a lo largo de estos 36 años, de mi vida he cuestionado, quizás por un defecto de mi profesión, muchos temas que no justifico ni entiendo de la Iglesia Católica, en momentos me he alejado y no cierro los ojos ante algunos hechos que para mí son aberrantes y merecen castigo ejemplar.
Pero soy una creyente en Dios, eso no ha cambiado, tan creyente que teniendo amigos Evangélicos, Testigos de Jehová, he sido invitada por ellos a sus cultos y he asistido porque creo que Dios es una fuerza más importante que el nombre que le des a tu religión.
Como también por mi profesión, he conocido otras creencias y doctrinas el hinduismo, el budismo, etc. y he estado presente durante sus ceremonias, y saben lo que descubrí que para convivir sin juzgarnos deber primar el respeto y la aceptación de qué todos no tenemos por qué pensar y creer igual.
Me emociono cuando veo sentados en una misma mesa comiendo y compartiendo a un sacerdote católico, a un imán (líder religioso del Islam) y un rabino, porque esa es la esencia de la vida y porque es lo que profesa el Papa Francisco.
Y como dijo el propio Jesús “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”
Igual, repito mi fe esta en Dios, yo creo en Dios, pero soy católica y el pastor principal de mi iglesia es el Papa Francisco, no creo que sea un Dios, pero es la máxima autoridad de mi iglesia y hoy 36 años después yo repito lo que mis padres hicieron en marzo 1983, llevaré a mis hijos a ver al Papa Francisco y quizás en unos años ellos le cuenten a sus hijos, mis nietos una historia muy parecida a la que escribo hoy en mi blog.
¡Bienvenido Papa Francisco a Panamá!
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